FESTIVAL DE WESAK

FESTIVAL DE WESAK

28 de Abril de 2010

En la Nueva Era, los trabajadores vendrán de todos los grupos y su elección dependerá, en gran parte, de la medida de impersonalidad con la que trabajan y de la fuerza del contacto interno con su alma.

Surge ahora la cuestión, ¿cómo cada uno de nosotros, aspirantes o ya consagrados al servicio, puede servir y ayudar mejor? En el actual período de transición, previo a la Nueva Era, el momento del Festival Wesak, cada año, adquiere un significado más profundo para todos los que se interesan en el Servicio Mundial, o cooperan con la Jerarquía de Maestros, con Cristo y sus discípulos. Este es un momento de excepcional oportunidad y hasta la Jerarquía misma se prepara. Cristo y Buda trabajan juntos con el mismo objetivo.

Si Buda, Cristo y la Jerarquía ayudados por los discípulos y aspirantes, tienen éxito en lo que puede considerarse como una forma de unificación planetaria, abriendo el necesario canal para la transmisión de la Vida y de la Luz, dependerá de nosotros, los que sabemos cómo actuar, mantener abierto ese canal entre los pensadores y trabajadores del mundo y el grupo espiritual interno de los Conocedores y Servidores.

El período del Festival Wesak se ha extendido últimamente a cinco días de trabajo y servicio; es decir, los dos días anteriores, el mismo día del Festival y los dos días siguientes. La hora exacta del Festival Wesak es en sí misma de gran importancia. Los días de preparación se conocen bajo el nombre de "Días de Renunciación y Desapego". El día del Festival se llama "Día de Salvaguardia" y los dos días siguientes son los "Días de Distribución". Esto exige cinco días de intenso esfuerzo en el servicio que nos conduce a renunciar a todo lo que pudiera dificultar nuestra eficacia como servidores y canales para la Energía Espiritual; esto significa que, después de la debida preparación, dedicación, y esfuerzo ascendente durante los dos primeros días, el día del Festival nos consideramos simplemente como recipientes para contener la máxima cantidad de energía espiritual que podamos aceptar.

Como canales, debemos estar preparados a olvidarnos de nosotros mismos en el servicio de alcanzar, absorber y conservar esta energía para toda la humanidad. Hemos de aprender a considerar el día del Festival como un día de silencio subjetivo y de paz interna que se pueden mantener ininterrumpidos aunque al mismo tiempo sirvamos a los demás, en palabra y acción.

Durante ese día sólo dos pensamientos deben ocupar nuestra constante atención. Estos son: Las necesidades de nuestros semejantes y la necesidad de proveer un canal grupal, por el cual las fuerzas espirituales pueden estar disponibles.

Debemos tratar de permanecer constantemente en la Luz del Alma, y debemos trabajar como Almas cuyo interés esté siempre con el grupo y no con el individuo, y cuya conciencia sea la del todo y no la de la parte.

Durante los dos días subsiguientes, el foco de nuestra atención se dirigirá hacia el mundo externo y nuestro esfuerzo se orientará hacia la distribución de la energía espiritual que habremos podido captar. Cuando Cristo estuvo en la Tierra, enseñó a Sus discípulos que el esfuerzo espiritual de naturaleza curativa puede realizarse únicamente mediante la oración (deseo santificado, pensamiento iluminado e intensa aspiración) y el ayuno. Este esfuerzo en el Festival Wesak es grupal y va dirigido a una vasta curación grupal; mediante la oración, el ayuno y la autodisciplina podremos llevar la obra a feliz realización.

Se requiere un esfuerzo grupal y cada uno de nosotros y aquel que perciba la visión, puede ayudar. Nadie es demasiado insignificante o demasiado importante para este servicio, porque es el conjunto de todas las vehementes aspiraciones, lo que finalmente traerá la bendición. Todos podemos hacer algo para solucionar la presente situación y apresurar el advenimiento de un período de paz y buena voluntad.

Al acercarse la Luna Llena, se forma un gran campo de energía cargado con las bendiciones de los Grandes Seres, proporcionando un canal por el que pasa la energía cósmica hacia todos los reinos de la naturaleza, impregnando con sus poderosos efluvios a todo el planeta y la Humanidad, el Discípulo Uno. Este campo de energía está formado por las energías procedentes de diferentes éteres cósmicos al producirse una coincidencia astrológica única en el año zodiacal.

Iluminan e impregnan a la Tierra, reflejadas y magnificadas por el brillante espejo lunar las energías de:

• Sirio, el Sol Central, trayendo la energía de la Libertad.

La Estrella principal de la constelación de Tauro llamada Osa Mayor aportando la energía de la Voluntad Divina.

• La Estrella Aldebarán, el Ojo del Toro emanando la energía de la Iluminación.

Estos haces de brillante Luz se unen a las energías irradiadas desde el valle del Wesak por Buddha y el Cristo, en el corazón de la Jerarquía, formando un solo canal de Luz fusionada integrando las energías de la Iluminación, del Amor, la Compasión, la Libertad y el Poder de la Voluntad.

La recepción y absorción de estas energías producen una expansión de conciencia en todos los seres humanos que conscientemente acepten recibirlas. El grado de expansión dependerá del momento y la actitud de cada uno, y traerá como consecuencia una expansión en el plano del conocimiento.

Al expandir el conocimiento ingresamos en una dimensión que nos permite profundizar en las causas y en los efectos que ellas producen, ascendiendo así a otro nivel de conciencia en el que la realización se percibe más próxima incrementándose la comprensión, la creatividad y la riqueza en su expresión más sutil.

El Wesak es la oportunidad cósmica que se nos brinda anualmente para limpiar y purificar nuestros cuerpos Etérico, Emocional Y Mental, para limpiar los impulsos oscuros dentro de nuestro cuerpo etérico, las emociones negativas y de baja vibración, las energías mal calificadas en nuestro cuerpo de pensamiento y sentimiento y nos ofrece la posibilidad de rectificar nuestra aura a la luz del conocimiento espiritual.

La Ceremonia del Wesak, es en sí misma un trabajo de construcción entre materia y espíritu, creando un campo electromagnético para invocar, recibir, asimilar e irradiar las energías que construyen el Antakarana, el puente entre nuestra personalidad y el Alma Una.

En este precioso momento de Luz se propicia el crecimiento y la evolución de todos los que se vean influidos por ella, desde el aspirante que apenas ha vislumbrado la existencia de un Sendero Interior hasta el propio Señor Buddha que desciende derramando su poderosa energía de Iluminación a todo el planeta.

La Ceremonia que celebramos simultáneamente en miles de lugares de todo el planeta, libera la energía recibida atrayéndola, fundiéndola e irradiándola por los canales apropiados elevando la frecuencia vibratoria de toda la Humanidad y brindando de esta manera un inapreciable aporte al Trabajo Cósmico de Ascensión.

La energía de la Libertad, ligada al conocimiento y su estadio superior, el Discernimiento, nos permite abandonar con mayor sutileza todas las formas de espejismo e ilusiones que hemos construido a lo largo de muchas vidas. Al ingresar la energía de la Libertad en nuestras vidas disolviendo los apegos y los egoísmos, el Amor Incondicional se manifestará sobre la Tierra, uniéndonos con el Poder de la Buena Voluntad.

La Libertad, la Iluminación y la Voluntad Divina, son los motores que generarán la expansión de conciencia y la conexión necesaria para unificarnos internamente, logrando que nuestros pensamientos, sentimientos y emociones de nuestro corazón vibren al unísono, y de esta manera armónica consigamos la comunicación que nos vincule con el universo exterior creando correctas relaciones con nuestros semejantes, con quienes no sólo compartimos un espacio de existencia, compartimos la historia, la cultura, los intereses y la aspiración de lograr un futuro de armonía y Paz.